martes, 12 de mayo de 2009

Biografia


Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez (nacio en Caracas el 28 de marzo de 1750 – murio en San Fernando, Cádiz el 14 de julio de 1816) fue un general venezolano, considerado como precursor de la emancipación americana del Imperio Español; conocido como «El Primer Venezolano Universal», «El Americano más Universal» y con el nombre abreviado de Francisco de Miranda, fue el creador de la idea de Colombia como nación y combatiente destacado en tres continentes: África, Europa y América.
Viajó durante gran parte de su vida participando en conflictos armados al servicio de diversos países, entre los que destacan tres guerras a favor de la democracia: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, acontecimiento del que fue protagonista destacado, por lo que le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución, y las Guerras de Independencia Hispanoamericana. Aunque fracasó a la hora de poner en práctica sus proyectos, su ideal político perduró en el tiempo y sirvió de base para la fundación de la Gran Colombia y sus ideas independentistas influyeron en destacados líderes de la Emancipación como Simón Bolívar y Bernardo O'Higgins.
Su nombre está grabado en el Arco del Triunfo en París. Su retrato forma parte de la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles; su estatua se encuentra frente a la del General Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.

lunes, 11 de mayo de 2009

Infancia y Vida Familiar



Los orígenes de Francisco de Miranda fueron relativamente humildes. Su padre, Sebastián de Miranda Ravelo, era originario de la población de La Orotava, en Tenerife, una de las Islas Canarias y posiblemente emigró a Venezuela como consecuencia de la erupción del volcán Teide, el día 31 de diciembre de 1704, que afectó particularmente a dicha población y que después se vio asolada por la presencia de piratas ingleses, conflictos políticos y penurias económicas de las Islas Canarias debidas a la situación colonial. Sebastián de Miranda, por razones de nacimiento, pertenecía a una categoría social considerada inferior a la de los Blancos españoles y los criollos que se denominaba entonces Blancos de orilla, y por ello trató de demostrar en un juicio real que sus orígenes eran «puros» para así poder obtener mayores privilegios sociales.

Logró llegar a Caracas y establecerse como comerciante de lienzos y, con el tiempo, contrajo matrimonio, el 24 de abril de 1749, en la Iglesia Catedral de Caracas, con una mujer caraqueña llamada Francisca Antonia Rodríguez de Espinoza y que también era de origen canario y necesariamente blanca, ya que de lo contrario la boda no hubiera aparecido en el registro de matrimonios y sus hijos jamás hubieran podido ir a la Universidad. El primogénito de nueve hijos e hijas del matrimonio, Sebastián Francisco de Miranda nació el 28 de marzo de 1750 en Caracas. Sus hermanos se llamaron Ana Antonia, Rosa Agustina, Micaela Antonia, Miguel Francisco, Javier, Francisco Antonio, Ignacio José, Josefa María y Josefa Antonia.

Fue bautizado en la Iglesia Catedral de Caracas, el 5 de abril de 1750, por el Bachiller Tomás Bautista de Melo. En sus inicios, la familia Miranda era económicamente modesta y vivía dentro del grupo de colonos canarios llegados a Caracas que en costumbres, trato y nivel formaban un núcleo aparte de los Blancos Criollos, los Españoles y los Pardos; y aunque jurídicamente no estaban discriminados, socialmente no era así.

Con el tiempo, la situación de la familia mejoró notablemente y, Sebastián de Miranda logró hacer fortuna como comerciante en Caracas, llegando a ser propietario de diversos inmuebles en la ciudad. Ya en aquellos tiempos existían roces y conflictos sociales que empezaron a crear un problema de gobernabilidad en Venezuela para las autoridades coloniales, que además tenían que aliviar las secuelas negativas de la presencia de la Compañía Guipuzcoana en la provincia.

En La Orotava, la familia Miranda era considerada gente distinguida e ilustre, a diferencia de Caracas. Buscaban pues allí posición social similar rehaciendo su fortuna mediante el trabajo, y/o llegando a obtener títulos académicos en la Universidad. Así, su padre logró además de hacer fortuna, ser nombrado Capitán del Batallón de Milicias de Blancos de Caracas pero por ser isleño (nativo de Las Islas Canarias) y comerciante su nombramiento produjo un fuerte rechazo de la sociedad Mantuana (Blancos Criollos, descendientes de españoles pero nacidos, como Sebastián Francisco, en territorio americano), reflejo de conflictos sociales latentes , una de las causas de la Independencia. Había cierta dosis de desprecio de los mantuanos hacia su padre por ser un comerciante, ocupación que a sus ojos lo inhabilitaba para ser Capitán de Milicias.

domingo, 10 de mayo de 2009

Educación



Pese al rechazo de los mantuanos, su padre Sebastián siempre perseveró en su empeño de mejorar la situación de la familia, de modo que además de acumular riquezas y cargos importantes, sus hijos recibieran educación universitaria.
Así, el 10 de enero de 1762, Miranda comenzó sus estudios en la Universidad de Caracas bajo la regencia del Dr. Antonio Monserrate, y durante dos años estudió latín, los inicios de la Gramática de Nebrija y el Catecismo de Ripalda.
Desde el año 1764 hasta 1766, Miranda cursó estudios en la Clase de Mayores de la misma Universidad, donde profundiza sus conocimientos de latín mediante el estudio de los escritos clásicos de Cicerón y Virgilio, completa sus estudios de la Gramática de Nebrija, nociones de historia sagrada y profana, religión, aritmética y geografía.
Finalmente, realizó el curso de Artes en la Universidad de Caracas estudiando las materias de Lógica, Física y Metafísica para obtener el título de Bachiller con el que se iniciaba estudios en Teología, Jurisprudencia o Medicina. No se sabe de forma fidedigna si Miranda llegó a obtener el título de Médico y sólo se cuenta con su testimonio personal afirmando haberlo recibido en 1767, con 17 años pues, si es que nació en 1750, lo que no parece muy coherente.
Por testimonio personal de Miranda se sabe que algunos de sus maestros fueron los Doctores Domingo Velázquez, Francisco José de Urbina y Gabriel Lindo; todos ellos notables expertos en sus especialidades y con los que sin duda la educación básica de Miranda debió ser de una calidad notable.
Sin embargo, a partir de 1767 se da una interrupción en los estudios de Miranda que posiblemente se vieron afectados por las circunstancias vividas por su padre.
El hecho de que el padre de Miranda, hubiera sido nombrado Capitán de las Milicias de Caracas siendo comerciante isleño era algo que incomodaba a los Mantuanos, pues había alcanzado una distinción social importante, al convertirse en un personaje de cierta influencia. Parece como si, éstos empezaron a crear intrigas para desacreditarle y anularle en la vida pública.
Esto desencadenó una serie de circunstancias en las que después de una sentencia real, el padre de Francisco obtuvo la victoria y sus derechos le fueron reconocidos pero le crearon una enemistad irreconciliable con los Mantuanos que nunca olvidaron el conflicto ni le perdonaron el desafío, lo que influenció inevitablemente en las decisiones posteriores de Miranda.
Después de la victoria judicial de su padre, las dificultades para desarrollar planes futuros en una sociedad tan limitada como la caraqueña influyeron en que decidiera, con poco más de 20 años, marcharse a España. Embarcó pues el 25 de enero de 1771, desde el puerto de La Guaira, en una fragata sueca denominada Príncipe Federico, para servir en el Real Ejército español.

sábado, 9 de mayo de 2009

Sus Primeros Viajes



Primeros viajes 1771 marca para Miranda el inició un largo periplo alrededor del mundo durante la mayor parte de su vida llevando desde entonces un minucioso registro con el que confeccionó un archivo personal organizado por él mismo que alcanzó a ser de 63 volúmenes encuadernados, que llevó siempre consigo. Participó en los tres grandes movimientos históricos y políticos de su tiempo: Guerra por la Independencia de los Estados Unidos, Revolución Francesa y Revolución de Independencia Latinoamericana.
Desembarcó en el Puerto de Cádiz 35 días más tarde, el 1 de marzo de 1771, hospedándose en casa del señor José de Añino, quien sería un fiel intermediario entre él y sus parientes para procurarle recursos de subsistencia, adquiriendo la vestimenta necesaria para seguir su viaje entre el 1 y el 13 de marzo de 1771, en que partió de Cádiz a Madrid.
Desde entonces madura sus ideas concibiendo la unidad latinoamericana en sus recorridos por el mundo y en su relación con las personalidades más influyentes de la época. Combatió bravamente en América, Europa y África, salvo en Oceanía y Asia —aunque pensó en traer Cipayos de la India—, recorrió y escudriñó España y todo el continente europeo, incluyendo a Gran Bretaña, Rusia y Escandinavia; Asia Menor, América del Norte y América del Sur, Antillas Grandes y Menores. Fue el único hombre que tuvo contacto personal y directo con personalidades tales como George Washington, Napoleón Bonaparte, Simón Bolívar, Catalina la Grande, Federico II de Prusia, Duque de Wellington, José de San Martín, Robert Peel, La Fayette, Antonio José de Sucre, Estanislao II Poniatowski, Potemkin, Cochrane, Samuel Adams y Lavater.
Fue de positivos efectos su relación con personajes latinoamericanos de la categoría de San Martín, Bernardo O'Higgins, Moreno, Montúfar, Alvear, Fray Servando Teresa de Mier, Domingo José Martins, Palacio Fajardo, Roscio, Manuel y Pedro Gual, Hipólito Costa, José Bonifacio, Matías de Irigoyen y Rodríguez Peña.

viernes, 8 de mayo de 2009

Francisco de Miranda y la Revolucion




Uno de los más grandes caraqueños del XIX, Francisco de Miranda, murió un 14 de julio de 1816, hace exactamente 188 años. Este caraqueño, venezolano y latinoamericano universal, falleció olvidado y abandonado en una triste prisión de Cádiz, 27 años después de la Toma de la Bastilla. Triste coincidencia en la que este ilustre prócer muere en un aniversario de la Revolución por la que luchó, y que significó la ruptura entre la sociedad occidental feudal y la sociedad occidental contemporánea, en la que se dio el tránsito de la sociedad estamental y heredera del feudalismo, a la sociedad moderna, con la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano como bandera. Sebastián Francisco de Miranda, estudió en Venezuela Derecho y Filosofía para luego ir a México y España en donde culmina estudios de matemáticas, lenguas vivas y el arte militar. Lucha en África, luego en Estados Unidos y después en la Revolución Francesa, destacando por su heroicidad, genio y visión de estratega militar y hombre de saber. Los franceses, conscientes de la naturaleza y talla de este hombre le confieren el honor de incluirlo de forma destacada en el Arco del Triunfo de París. Pero el sueño de Miranda no estaba en Europa. A pesar de haber comandado ejércitos de más de 100.000 hombres en la Francia de la Revolución, sus aspiraciones estaban en conseguir la libertad para su patria. Como atrapado por una incansable locura, Miranda dedicó su vida entera a conseguir su sueño, llegando incluso a morir por el mismo. Poseedor de fortunas, influencias y acreedor de favores de reyes y gobernantes, Miranda hizo a un lado toda una vida de lujos, riquezas y comodidades, y se dedicó con tesón y esmero a la noble causa de la independencia americana. Sólo tuvo en Bolívar, un prócer de proporciones similares. Bolívar y Miranda fueron, tal vez, los más grandes americanos de los inicios del siglo XIX. Ellos son el ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. Si bien es cierto que Bolívar y Miranda tuvieron diferencias notables, puntos de vista divergentes y se enfrentaron en el plano ideológico y hasta personal, también es cierto que ambos constituyen la más genuina expresión de la fidelidad y del ser consecuente con los ideales revolucionarios. Ellos dieron su vida, en el sentido literal de la palabra, por sus ideales.Este 14 de julio es una fecha propicia para recordar a Miranda y sus aportes no sólo a la Independencia de Venezuela sino de la América toda. Es propicio también recordar que en las consecuencias originadas por la Revolución Francesa, se tiene un grano de arena aportado por Miranda. La abolición de la monarquía en Francia, la eliminación de la servidumbre, de los derechos feudales, la separación Estado Iglesia, la presunción de inocencia del acusado, la universalidad de la educación, la libertad de cultos, la libertad de expresión, etc, en todas esas conquistas hay un aporte de Miranda. Pero esos aportes de Miranda no se quedaron allí. Así como Bolívar, al decir de Neruda, "Despierta cada cien años cuando despierta el pueblo", asimismo, Miranda ha despertado con la Revolución Bolivariana. En los ideales de justicia, de igualdad y de libertad, banderas de nuestra Revolución está presente Francisco de Miranda. La lucha antiimperialista que el pueblo y la Revolución Bolivariana libran actualmente, es herencia de la lucha que libró el Precursor contra el imperialismo español. La igualdad, la libertad y la fraternidad, consignas de la Revolución Francesa, de la que Miranda fue protagonista, son también, hoy en día, consignas de la Revolución Bolivariana.Miranda nos dio más que una bandera tricolor, nos dio las banderas por las que luchamos los revolucionarios del presente.

jueves, 7 de mayo de 2009

Misiones en Norteamérica y las Antillas



A lo largo del año 1779 se desarrollaron una serie de acontecimientos que involucraron a España en la Guerra de Independencia de Estados Unidos a cambio de conseguir ampliar sus territorios en Luisiana y recuperar Florida.
Para ello los españoles comenzaron a preparar en Cádiz una flota expedicionaria a principios de 1780 para combatir contra Inglaterra en el Caribe al mando del Almirante José Solano y Bote y en la que Miranda participó como miembro de las tropas de Cajigal.
La flota partió de Cádiz el 28 de abril de 1780 con rumbo a La Habana, donde llegó el 4 de agosto de 1780 para evaluar la situación general del conflicto.
Para entonces los españoles habían iniciado en 1779 un ataque desde Luisiana contra los ingleses y se preparaban para atacar Pensacola en una acción conjunta en la que convergerían las fuerzas españolas de Luisiana y la Flota expedicionaria.
Batalla de PensacolaAsí Miranda participó con las fuerzas de Cajigal que salieron de La Habana el 9 de abril de 1781 para participar en la batalla de Pensacola, en la Florida en una acción militar que culminó el 8 de mayo de 1781 con una victoria sobre los ingleses tras la cual Miranda fue ascendido a Teniente Coronel por su labor en la planificación y estudio del terreno.
En Pensacola, Miranda permaneció destacado un tiempo, continuó adquiriendo libros para aumentar su biblioteca personal y también compró cuatro esclavos negros como forma habitual en la época para proveerse de servicio doméstico.
Poco después Miranda fue designado por Cajigal para realizar una misión encubierta encaminada a estudiar las instalaciones militares y tropas inglesas en Jamaica bajo el pretexto formal de ser un comisionado español encargado de negociar un convenio de intercambio de prisioneros.
Después de recibir el despacho oficial encomendándole la misión, Miranda se embarcó con rumbo a Jamaica vía Batanabó y llegó a Kingston el 20 de septiembre de 1781.
Al principio su presencia provocó una natural desconfianza en los ingleses pero a pesar de ello logró realizar con éxito su misión de reconocimiento y además negoció un convenio fechado el 18 de noviembre de 1781 que reguló el canje de prisioneros españoles e ingleses del mismo rango.
Con la información obtenida, Miranda volvió a Cuba y tras tocar tierra en Batanabó, envió un informe al Capitán general de Cuba con detalles muy precisos sobre las operaciones y capacidad de las tropas inglesas del sector.
Sin embargo, lo que debió culminar como una acción destacada en la carrera militar de Miranda terminó siendo empañado como consecuencia de una Sumaria de 155 hojas que la Inquisición había remitido contra él en Sevilla el 11 de noviembre de 1778 por delitos de proposiciones, tenencia de libros prohibidos y pinturas obscenas.
La orden de enviar a Miranda de regreso a España en cumplimiento de la sentencia del 5 de febrero de 1782 del Supremo Consejo Inquisitorial no llegó a cumplirse debido a diversos fallos de fondo y forma en el proceso administrativo que hacían que la orden se cuestionase y también en parte por el apoyo incondicional del comandante Cajigal.
Así mientras se conseguía que el rey revisara el caso, Cajigal encomendó a Miranda la misión de acompañarle en el ataque a las islas Bahamas en el que se logra la capitulación inglesa el 8 de mayo de 1782 a favor de España en unas negociaciones dirigidas por Miranda y en las que consiguió además la cesión de todas las islas.
La eficiencia demostrada por Miranda en las Bahamas le valió entonces la recomendación de Cajigal para que fuera ascendido a Coronel y pasó a estar bajo las órdenes del Comandante general de las fuerzas españolas en Cuba, Bernardo de Gálvez, como Ayudante de campo en la población de Guárico.
En aquel momento los españoles estaban preparando una acción conjunta con los franceses para invadir Jamaica (último reducto inglés en el Golfo de México) y la población de Guárico era el lugar idóneo para planificar estas operaciones por estar cercano a la isla y por su posición de fácil acceso para poder reunir tropas y los mandos consideraban a Miranda la persona idónea para planificar las operaciones por tener un conocimiento de primera mano de la situación de los ingleses en la zona.
Sin embargo, un ataque preventivo de los ingleses y las dificultades de la flota francesa que forzaron la paz entre Inglaterra y Francia hicieron que la invasión no se concretara y por lo tanto Miranda permaneció así un tiempo en Guárico en el que la Inquisición sería su principal problema.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Las Invasiones Inglesas - Felipe Pigna




En la segunda mitad del siglo XVIII el dominio inglés de los mares era indiscutible. Los tiempos de la “Armada Invencible” habían quedado tan atrás como la época en que el almirante holandés Michel de Ruyter ostentaba una escoba a manera de insignia como símbolo de que Holanda podía barrer del mar a todos sus enemigos.Para los barcos franceses, holandeses y españoles, cruzar los mares podía ser una aventura peligrosa. Entre 1702 y 1808 España e Inglaterra sostuvieron seis conflictos armados. Una consecuencia directa de esta belicosidad fue que España fue espaciando sus comunicaciones y la provisión de sus colonias americanas. La protección militar de sus dominios se vio seriamente debilitada. El último regimiento de infantería llegado a Buenos Aires desde Burgos lo hizo en 1784. En el viejo mundo el principal obstáculo para la expansión napoleónica era Inglaterra. Napoleón comenzó a soñar con dominar las dos riberas del Canal de la Mancha. El encuentro entre la flota aliada de España y Francia, por un lado, y los ingleses, por otro, se produjo finalmente el 21 de octubre de 1805 en Trafalgar, cerca de Cádiz.La pericia del almirante Nelson determinó el triunfo total de los británicos. La flota aliada quedó prácticamente aniquilada y perdió 2400 hombres. Por el lado inglés murieron más de 1.500 marinos, entre ellos Nelson. Cuarenta y dos días después, Napoleón derrotó al ejército austro-prusiano en Austerlitz, al norte de Viena. Después de Trafalgar y Austerlitz, el poder quedó repartido: los mares para Inglaterra y el Continente para Napoleón. Cuentan que el primer ministro inglés, Sir William Pitt, al conocer el triunfo del emperador francés, enrolló un mapa de Europa exclamando: “Durante los próximos diez años, no lo necesitaremos.” En este contexto de búsqueda nuevos mercados, tuvieron eco en Londres las ideas del revolucionario venezolano Francisco de Miranda, personaje novelesco que fue amante de Catalina II de Rusia, soldado de Washintgton y general en la Revolución Francesa. En marzo de 1790 le había presentado al Primer Ministro Pitt un plan de conquista de las colonias americanas para transformarlas en una monarquía constitucional con la coronación de un descendiente de la casa de los Incas como emperador de América. Decía Miranda en su informe:“Sudamérica puede ofrecer con preferencia a Inglaterra un comercio muy vasto, y tiene tesoros para pagar puntualmente los servicios que se le hagan… Concibiendo este importante asunto de interés mutuo para ambas partes, la América del Sud espera que asociándose Inglaterra por un Pacto Solemne, estableciendo un gobierno libre y similar, y combinando un plan de comercio recíprocamente ventajoso, ambas Naciones podrán constituir la Unión Política más respetable y preponderante del mundo”. Miranda en realidad tenía una visión parcial sobre la realidad americana. Suponía que hechos como la rebelión de Túpac Amaru y de los Comuneros de Paraguay y Nueva Granada implicaban un signo claro de odio a la metrópoli y al monarca. Pero en realidad eran expresiones aisladas que no encontraban un punto común de confluencia. En 1806 Miranda intentó una invasión a Venezuela desde los EEUU, pero fracasó por falta de apoyo local. Ese mismo año convenció a su amigo, Sir Home Popham de que ningún español americano se opondría a una invasión inglesa al Río de la Plata.Mientras tanto, en Buenos Aires el Cabildo se ocupaba de establecer multas para los vecinos que no destruyeran a las hormigas y ratas de sus casas y recordaba que el 14 de mayo sería feriado para dedicar cultos solemnes a los santos Sabino y Bonifacio, que según se creía, eran los encargados de proteger a la ciudad de esas plagas. Aseguraba un personaje de la Iglesia que “este patronato lo poseían desde la fundación de la ciudad, pero su culto se había resfriado y apagado tanto en nuestros tiempos, que los daños que se experimentan, así en las sementeras y plantas que devoran como en las casas y edificios que taladran, son pieza y olvido de nuestros protectores, pues no se ruega a Dios por su intermedio”.